Al periodismo y toda la opinión publica
Al periodismo todo y la opinión pública
Debido a las tergiversadas informaciones que circularon en distintos medios nacionales, provinciales y distritales, a propósito de las movilización de trabajadores municipales hacia las puertas de la FAM (Federación Argentina de Municipios) llevada a cabo el jueves último y que culminara con una feroz represión por parte de la policía federal hacia quienes lo único que pretendíamos era reclamar por nuestros derechos como trabajadores, a través de este comunicado los representantes del Sindicato de Trabajadores Municipales de Lomas de Zamora e integrantes de la Federación Sindical de Municipios Bonaerenses (FESIMUBO) hacemos uso de nuestro legítimo derecho a narrar de qué forma y por qué motivo sucedieron los incidentes mencionados y en los cuales fuimos agredidos brutalmente por fuerzas del orden, en un hecho que nos sorprende porque una de las características de este gobierno nacional fue no reprimir jamás una manifestación que se realizara en reclamo de una solución a un problema o, como fue en este caso, manifestar pacíficamente el reclamo de derechos.
Junto a otros Secretarios Generales y compañeros de más de 100 (cien) distritos, dentro de los 135 (ciento treinta y cinco) que conforman la Provincia de Buenos Aires, nos dirigimos hasta el lugar de los hechos con la única intención de recibir una respuesta a una petición que venimos llevando a cabo desde hace años y a la cual vemos como un reclamo justo y necesario: paritarias para los trabajadores municipales de todo el país y la derogación de la nefasta ley provincial 11.757.
Las paritarias porque son la única herramienta legal que posibilita que un trabajador, en un país donde la inflación dice presente cada mes, pueda llevar dignidad a su familia, brindándole lo mínimo e indispensable que la misma necesita para desarrollarse en un ámbito de normalidad y armonía. Es improbable que alguien pueda creer a ciencia cierta que con el salario mínimo que percibe un trabajador municipal pueda brindarle a lo más sagrado que tiene un hombre, su familia, aquellas cosas que la misma necesita para vivir dignamente.
Resulta doloroso escribir que tenemos compañeros que en algunos municipios del interior de la Provincia de Buenos Aires, perciben un salario de $ 700 (setecientos pesos) mensuales, por completar jornadas laborales de 8 (ocho) horas diarias. Resulta doloroso recibir como respuesta, ante una demanda por paritarias para esos trabajadores, promesas que nunca se cumplen y quedan en palabras de ocasión que utilizan solo para aletargar una respuesta. Resulta irónico escuchar hablar a muchos intendentes respecto de la importancia que tiene para un país la repartición de la riqueza, y a la hora de practicarla para con sus más directos colaboradores (los trabajadores municipales) no lo hagan.
Por otra parte, la nefasta ley 11.757 que quita derechos legítimos a los trabajadores municipales, como la pelea por la estabilidad del empleo, que es un derecho constitucional, la apertura de paritarias provinciales, la restitución del porcentaje de la antigüedad, y la recuperación de los derechos de los trabajadores en cada municipio, que entendemos debe ser derogada inmediatamente, dados los puntos ante puestos.
Con esos dos cometidos, de un modo pacífico y sin otra intención que ser recibidos por alguna de las autoridades de la Federación Argentina de Municipios para plantear nuestras peticiones, nos movilizamos ayer hasta la puerta de su sede, sita en la calle Cerrito 832 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, lugar en el cual, luego de negársenos la posibilidad de dialogar y dar lugar a nuestros planteos, se nos expulsó mediante el abuso de la fuerza pública hacia la Avenida 9 de Julio, para ser víctimas de una brutal represión que culminó con compañeros heridos y detenidos por la única razón de reclamar por derechos que, repetimos, creemos legítimos y fundamentales para la dignidad de los trabajadores municipales y sus familias.
Hoy nos encontramos tristemente sorprendidos al descubrir que desde distintos ámbitos se nos quiere volver victimarios cuando en realidad fuimos (como desde hace muchos años a esta parte) víctimas de un sistema que amén de negarnos nuestros derechos constitucionales, pretende dejarnos ante los ojos de la sociedad como violentos.
Violencia es no ocuparse de los temas que hacen a los derechos de los trabajadores. Violencia es no aceptar resolver, y a esta altura tan siquiera dialogar, respecto de temas que atentan contra la integridad y dignidad de una familia, merced a la obediencia que se sigue prestando a los intereses mezquinos de unos pocos ante las necesidades de miles. Violencia es pagar contratos cuantiosos a trabajadores ausentes (ñoquis) por parentesco, amiguismo o vínculo político con los intendentes de turno, mientras la inmensa mayoría del personal municipal de varias intendencias provinciales percibe como reconocimiento a su trabajo y compromiso con esa gestión, haberes que no alcanzan en muchos casos tan siquiera para cubrir las necesidades básicas. Violencia es reprimir a mansalva en épocas de democracia a un centenar de representantes de miles de trabajadores. Violencia es no entender que más allá de toda y cualquier circunstancia, no pensamos abdicar ante este lucha dado que la creemos necesaria, legítima y justa.
Por todo lo manifestado y escrito, hacemos saber a la opinión pública a través de este comunicado que más que nunca continuaremos adelante, juntos, sin temor a continuar siendo reprimidos, con el empuje que propinan las causas justas y con la esperanza de ser atendidos en nuestras necesidades.